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martes, 15 de julio de 2014

Bestiario e imagen, destino

Bestiario e imagen, destino

“Anatomía es destino”
-         Sigmund Freud

Mis ojos desembocan en Una mañana muerta
que da forma a mi boca y a mis manos.
Un cuerpo irreal e inconsciente
donde nace la geometría y se encuentra la génesis del caos.

El aire y el tiempo fluyen sobre mis ruinas,
líquidos y espesos, quebrantando lentos, como jirones de tejido, mis despojos.
Estrábicas líneas que se deshacen como una piel demasiado pequeña.
Una olvidada muda poblada del recuerdo de una sombra
recorre el mensaje secreto de una rosa.
Mi sexo y las llagas en el cuerpo de un crucificado
son el mapa de mis pecados. Los transito hollando sus cadáveres,
coleccionando sus alas quebradas pobladas de hojas,
surcando ejércitos de pájaros que describen
parábolas dibujando topografías desnudas en ese mismo atlas.

Las miradas son rituales en cuerpos impenetrables, lluvia y dolor.
Adicción a la decadencia, cáncer que muta las imágenes en polvo,
en recuerdo e instrumentalidad. Percepción muerta, afasia.
¿Cuál es el código que cifran las pieles que recorremos? ¿Cuál es su escritura?
Arcanas liturgias entre el delirio y la  anarquía
que previenen ese miedo a tocar,
a palpar un cuerpo y que éste se desvanezca,
a  que sólo atrapemos sombras, fantasmas,
imágenes oscuras proyectadas en el vacío.
Un cuerpo sin carne, desquiciado, sin sentido,
un cuerpo fútil, amputado de su esencia.



n  Ángel María García Martiartu