‘…like a terrible fish’
~ Sylvia Plath
La luz se precipita contra
la piel invisible. Su
tejido, ligero, casi transparente, tropieza
con una geometría
abstracta donde cristal y hueso dibujan
símbolos, mesetas, construcciones y nace, silencioso, un cuerpo.
Hay una deformidad monstruosa
en ese tapiz; una grieta
insalvable entre la imagen devuelta y el espejismo
que la produce: Esa diferencia
sutil, casi imperceptible, del eje
liminal que enfrenta ambas realidades.
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La superficie del espejo es
lisa, indiferente, devuelve
el tiempo y su transcurso: cada
arruga, cada cambio; dibuja los cuerpos
con perfección casi infinita y con
asimétrica malicia los desdobla y representa.
Y si el espejo no devolviera
NADA; y si él - esa niebla, ese devenir vacuo -
no nos multiplicara deformes y asimétricos.
Y si fuera nuestra mirada: lúbrica, visceral
la que tejiera depredadora
esos paisajes que nos muestra a través de su piel.
* Ángel María García Martiartu
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