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viernes, 18 de abril de 2014

PRESENTE, PASADO Y FUTURO DE LAS MIGRACIONES. LA ARQUITECTURA DEL AIRE

Recorro la incertidumbre
(turbia, devastadora),
con los ojos cerrados, con las manos abiertas: Tanteando.
Sintiendo la realidad,
la irregular materia de lo indescifrable crecer rozando la yema de mis dedos.
Cosida de sueños y recuerdos, la dibujo incompleta, recién nacida.
Se muestra abierta y moribunda. Desmembrada
y efímera como un río.

Despierto. Y la noche enquista lo infinito,
el tiempo se deshace entre las manos a jirones
para transmutar en recuerdo;
Donde lo inalcanzable se convierte en imágenes temblorosas y rocío,
donde todo se convierten en memoria.

Me violentan los vestigios del presente;
sus restos, con su tacto acuático.
Lo siento dejándome atrás en su huida, asolándose a cada instante.
Lo transito, fluido, mientras se pega a mi epidermis como un himen,
como si profanara o fecundara al futuro con su cuerpo.

Geometría aletargada en el caos, en la piel muerta de los relojes,
bosques anunciando el infinito que cubre mis entrañas.
Derrotado por lo que ya ha sido,
por péndulos que se aniquilan en otoños, ovillándose,
su cadáver se deshace en caminos imprevisibles.

Siento sus cuerpos migratorios, la sal acumulada, sus miradas de mercurio triste.
Todo es mineral y atávico, todo me refleja y multiplica.
Soy todos los hombres y ninguno.

Mi futuro se deshace en topografías.
En mapas, tatuajes, partituras:
nombres de ángeles y demonios escritos en mi piel.
En sonidos suspendidos en el aire
que rasgan la frontera de las palabras: música como tiempo, tiempo en el espacio,
notas infinitas que agonizan en la lluvia.
Todo es recuerdo. Todo es instinto
que alimenta la memoria; preñado de signos,
cosido de sonidos, de sangre palpitando, de cópula y semen en los labios.

Mis miembros despiertan sumidos en un río,
luchan en la corriente
que se alimenta de los cuerpos que intercambian escamas mortuorias
de sus nervios, de la piel y los instantes.
Miembros que se construyen de hueso, de pulpa dulce, de roca y de pasado.
De flujo incesante, de noche, de sonido.
De arquitecturas, de mi cuerpo derruido. De imágenes y señales.

Memoria violenta escritura.

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